La sensación de que encuentras el odio a través del amor. Pero lo curioso es que es un odio bello, en el sentido de puro y limpio. ¿Le llamarías celos? Yo no, porque quieres lo que crees que es tuyo, y de cierta manera lo es. Porque te dio todo en esos pocos días en que descubriste qué es un acompañante de verdad. Porque lo diste todo, como dejar que toque tus manos y que se eche a tu lado y que te dé un beso. Qué genial es saber que Bartas ve a la niñez de Lituania tan igual a lo que uno vivió acá en Lima, en tardes sabatinas en que por primera vez dijiste que había algo más importante que jugar con los amigos.